SOY LEYENDA
Este artículo
trata sobre la novela original de 1954. Para la versión cinematográfica de 2007.
Soy leyenda (en inglés I Am Legend) es el título de una novela de ciencia ficción escrita por Richard
Matheson en 1954.
ARGUMENTO
El libro se desarrolla
en una versión postapocalíptica de la ciudad de Los Ángeles, comprendida entre el año
de 1976 y 1979.
El protagonista, Robert Neville, ha sobrevivido a una pandemia provocada por una guerra bacteriológica que ha arrasado con todas las personas
que había en la Tierra; sin
embargo, éstos no están muertos, sino que se han convertido en portadores de
una bacteria que produce los clásicos síntomas del vampiromítico, dividiéndose en dos
clases: los infectados, quienes en vida contrajeron la bacteria y los vampiros,
los muertos que resucitaron gracias a la bacteria.
La vida de Neville es
muy monótona. Durante el día repite una y otra vez la misma rutina: repara su
casa, revisa el sello de sus ventanas, fabrica colgantes con ajoy elimina los cadáveres de zombies que yacen sobre su césped, además de
salir por comida e ir a cazar a los vampiros que entran en una especie de comamientras aparece la luz solar; en
la noche, Neville se sienta a escuchar música
clásica y beber whisky, mientras intenta distraerse de
los elementos del pasado vigentes en su memoria y de los alaridos de burla e
incitación que dan los vampiros fuera de su casa, haciéndole perder
ocasionalmente la cordura.
Pronto despierta la
curiosidad del protagonista por comprender a las nuevas criaturas que habitan
en el mundo; curiosidad que choca frontalmente con sus frustraciones y errores
mientras se adentra en el estudio de las mismas, debido a que Neville no tiene
mayor formación académica. No obstante, se obliga a sí mismo a estudiar libros
de medicina, psicología, biología y otras ramas para tratar de descubrir
los misterios de las criaturas, desde descubrir la enfermedad que les afecta
hasta reconocer las causas de sus temores a la luz del sol, los ajos, los
espejos y demás mitos de la leyenda, como las cruces. De ahí en adelante, la
historia toma un rumbo que deja de mostrarnos una vida regular enfocada en la
supervivencia, y nos lleva por sus estudios y hallazgos.
En su vida personal, por
otra parte, este hombre ha estado aislado de la sociedad durante casi tres
años, y su cordura se mueve en la cuerda floja. Si bien Neville consigue
adaptarse a esta vida, los recuerdos del pasado de su esposa y su hija no dejan
de atormentarlo. La compañía para él es algo que anhela durante la novela, y en
una parte de ésta, cuando aparece un perro libre de la bacteria fuera de su casa,
éste hace todo lo que puede para ganarse su confianza. Posteriormente el perro
muere en uno de los capítulos más logrados de la novela.
Un día, Neville ve
caminando a una mujer a plena luz del día. Descubre que el nombre de la mujer
es Ruth y que llevaba escapando durante una semana de los vampiros tras perder
a su esposo. Neville la lleva a casa y la cuida, más nunca deja de sospechar
acerca de la posibilidad de que esté infectada, por lo que decide sacarle una
muestra de sangre. Durante un
día, ambos personajes comparten sus historias y se enamoran rápidamente. Pero
cuando Neville analiza la muestra de sangre y descubre que ella está infectada,
ésta lo deja inconsciente y se marcha. Al recuperar el sentido, Neville
descubre una carta en la cual Ruth le explica que pertenece a una nueva
sociedad de infectados dispuestos a restablecer el orden, eliminando a los
vampiros y al propio Neville, por lo que le aconseja que huya. Asimismo,
explica que gracias a una píldora,
le era posible salir a la luz del día, revelando en ese sentido, el nacimiento
de la nueva sociedad a la que Neville no podía pertenecer.
Haciendo caso omiso del
consejo de Ruth, Neville se queda en su casa decidido a entregarse hasta que
van a su casa y, en medio de un enfrentamiento, es herido en el pecho. Ya en
una celda, Ruth va a visitarlo
para hacerle saber que será ejecutado públicamente. Neville comprende entonces
que en esa nueva sociedad no hay espacio para él, y que todos aquellos que
esperaban su muerte lo hacían por el miedo y el pavor que le tenían a aquel ser
extraño diferente a todos. Robert Neville se había convertido en una figura mitológica en la nueva sociedad, que al igual que
los vampiros en la antigüedad, mataban a la gente mientras dormía
pacíficamente. El último pensamiento de Neville se ve como la revelación que
hay ante estos hechos: Soy
leyenda.
Gran parte de la
historia está dedicada a las luchas de Neville para entender la plaga que ha
transformado a toda la humanidad excepto a él, y detalla el progreso de sus
descubrimientos. En cuanto a esto, la novela es casi única en el tratamiento de
los vampiros clásicos. En ésta, el autor, en vez de pedir al lector que acepte
una explicación sobrenatural del fenómeno de los vampiros, se esfuerza en
ofrecer una base científica para síntomas como la aversión al agua bendita y a la luz solar. La animadversión a
los espejos y a las cruces, por ejemplo, se revela como un trastorno de tipo
psicológico.
El clímax de la novela,
de un profundo y chocante dramatismo, expresa a la vez un gran pesimismo hacia
el porvenir de la especie humana, en consonancia con los contenidos
catastróficos (la amenaza nuclear, por ejemplo) presentes en la cinematografía
y la literatura de los tiempos de la Guerra
Fría, época en que la obra fue escrita. El mensaje profundo de Matheson sugiere
un terrible escepticismo darwinista, a través de la comprensión final del solitario protagonista,
Neville, de que su momento, y el de toda la raza humana, ha pasado. Los odiosos
vampiros que iban a ejecutarlo, éticamente no podían considerarse ni mejores ni
peores que él, por tanto, los monstruos.
Caza? que él había exterminado con tanto ahínco no eran en realidad más que
entes biológicos normales y corrientes, cuyo único pecado había sido tratar de
adaptarse, al igual que él, a las actuales circunstancias, en su natural
intento de sobrevivir.